La comarca del Vallès Occidental concita el interés del resto de regiones de Catalunya como lugar de residencia. De hecho, es la segunda, tras el Maresme, que más flujos migratorios recibe procedentes del interior de Catalunya. Terrassa, como cocapital, es una de las localidades que asume gran parte de este éxodo: recibe 5.201 vecinos nuevos de otras localidades catalanas, frente a los 4.813 que expulsa. Los datos los acaba de aportar el Institut d'Estadística de Catalunya (Idescat) en un informe que resume los movimientos migratorios durante 2016 y que pone de manifiesto que hubo 230.171 cambios de residencia entre municipios de Catalunya, lo que representa una disminución del 5,8% respecto al año 2015. Las zonas que presentan más capacidad de atracción para estos cambios de residencia procedentes de municipios de otras comarcas son el Maresme, con 2.037 movimientos, seguida por el Vallès Occidental, con un saldo migratorio entre comarcas positivo de 1.206 personas. Tras estas dos regiones, está el Baix Llobregat (1.125) y el Vallès Oriental (1.106).Volviendo al prisma comarcal, de las 18 comarcas que registran saldos negativos, el Barcelonès destaca por presentar el mayor saldo de este signo entre las migraciones intercomarcales, con una pérdida de 7.627 salidas netas (la diferencia entre emigraciones e inmigraciones) hacia el resto de Catalunya. El mayor flujo emigratorio se localiza en el Barcelonès, con 36.433 vecinos que marchan a otras comarcas de Catalunya, principalmente a las limítrofes: el 26,2% se va al Baix Llobregat y el 20,1% lo hace al Vallès Occidental. Otro 14,3% se instala en el Maresme y un 9,5% sitúa su lugar de residencia en el Vallès Oriental.